El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamado a la unidad de diversas autoridades para luchar contra el crimen organizado, en su primera declaración pública sobre la operación policial en dos áreas de favelas en Río de Janeiro, que resultó en más de 120 muertes. Lula expresó: ‘No podemos aceptar que el crimen organizado siga destruyendo familias, oprimiendo a los vecinos y propagando drogas y violencia por las ciudades’. Tras reunirse con su gabinete en el Palacio de la Alvorada, anunció que envió al ministro de Justicia y al secretario general de la Policía Federal a reunirse con el gobernador de Río de Janeiro. Lula subrayó la importancia de trabajar en conjunto para combatir el crimen sin poner en peligro a policías y civiles.
El mandatario brasileño también mencionó una reforma de seguridad en trámite en el Congreso desde abril, que busca la integración de las fuerzas policiales bajo el mando del Gobierno Federal. Afirmó que es crucial atacar la raíz del crimen de manera coordinada y recordó que el Gobierno ya propuso una legislación para la actuación conjunta de las fuerzas policiales. El operativo en Río de Janeiro, que dejó 121 muertos, incluidos cuatro policías, ha sido considerado el más letal en la historia del estado. Estas cifras se han ajustado tras la aparición de más cuerpos en los barrios, inicialmente estimados en al menos 60 muertos. La situación ha generado controversia y debate sobre las medidas de seguridad y la respuesta al crimen organizado en Brasil.
En medio de la crisis, Lula instó a la cooperación entre las autoridades para enfrentar este desafío común y proteger a la ciudadanía. La tragedia en Río de Janeiro ha llamado la atención sobre la necesidad de abordar de manera efectiva la violencia y la criminalidad en el país. La reforma de seguridad propuesta busca fortalecer la coordinación entre las fuerzas policiales para mejorar la acción contra el crimen organizado. En este contexto, la unidad y colaboración entre las diferentes esferas gubernamentales y policiales son fundamentales para lograr resultados efectivos en la lucha contra la delincuencia en Brasil.




