La provincia de Albacete vuelve a destacar en el concurso regional que busca el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha. Este año, tres localidades albacetenses compiten por conquistar el voto del público, cada una destacando por su entorno natural, patrimonio y tradiciones. Salobre es un pueblo serrano con aguas medicinales y un balneario histórico, ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza. Sus calles empinadas y paisajes montañosos lo convierten en un destino valorado. El desfiladero del Estrecho del Hocino es uno de sus rincones más visitados. La Recueja, otro de los aspirantes, se encuentra en el valle del Júcar y atrae tanto a senderistas como a amantes de la fotografía con sus miradores naturales. Los vecinos mantienen tradiciones únicas como la quema de manojos de esparto. El río ofrece zonas ideales para la pesca y disfrutar de un paisaje fluvial pintoresco.




