La fiscalía de Brasil presentó cargos contra el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente Jair Bolsonaro, por intentar influir en decisiones extranjeras para perjudicar a Brasil. Según la fiscalía, Eduardo Bolsonaro fue acusado de coacción por buscar favorecer sanciones de Estados Unidos que pudieran interferir en asuntos internos del país. Las acusaciones señalan que el hijo del expresidente buscó subordinar los intereses de Brasil a su agenda personal y familiar, priorizando sus propios intereses sobre los del país y la sociedad en general. Estas acciones son consideradas como un intento de coacción para favorecer agendas personales a través de influencias extranjeras. El diputado Bolsonaro ha negado las acusaciones y ha declarado su inocencia, afirmando que sus acciones estaban en línea con la diplomacia y las relaciones exteriores de Brasil.