En medio de tensiones internacionales y disputas comerciales, la postura de Lula refleja una posición clara y firme ante la política exterior de Estados Unidos. Su rechazo a la imposición de Trump como ‘emperador del mundo’ evidencia una resistencia frente a intentos de dominación y control. Lula establece límites claros en las relaciones internacionales, demostrando su compromiso con la defensa de la soberanía y la independencia de Brasil. Su negativa a aceptar una posición subordinada ante Washington revela una postura de dignidad y autonomía en el ámbito diplomático.